Publicación: Abril 2010
Cuando mis padres terminaron la carrera de Química en la UAC, el gobierno de México les proporcionó una beca para estudiar la maestría en Moscú, Rusia. Vivieron allá por 6 años. Durante su estancia frecuentaron los lugares donde los latinos se reunían y conocieron a los personajes mas dispares (mi papá se hizo amigo de Molotov durante su gira). Una de esas personas era Sergio Pitol. Como suelo hacerlo, no les pedí más información ya que prefiero quedarme con el misterio e inventarme la historia de ese encuentro. En Rusia encontrar un Mexicano, una menciòn de México en el periódico o en la televisión, festejar en la embajada las fiestas nacionales; cualquier conexión con México era indispensable para mis padres. Por eso el especial cariño con Sergio Pitol: talvez el escritor al que me siento mas unido. De sus libros leí hace muy poco El desfile del amor, y fue una experiencia no agridulce pero si desconcertante. A cada capítulo que leía me sentía más estafado. Aun así, continue leyendo y con el tiempo me tomé la novela en plan irónico: riendome y criticando a los excéntricos personajes que entraban y salían de la trama; parecía nunca llegar a aclararse pero continué la lectura con interes. Al final terminó gustándome.
Este libro, entre ensayo y memorias, me ayudó a comprender mejor su estilo literario; como fueron los problemas que enfrentó al escribir sus primeras novelas y cuentos, y su obsesion con la estructura de los mismos.
También, y es lo más importante del libro, Pitol resalta con entusiasmo las lecturas que lo marcaron a lo largo de su vida en el extranjero: Andrzejewski, Gombrowicz, Bruno Schulz, Gadda, Hermann Broch, Valle Inclán, Monterroso, Onetti, Borges, Musil, Schnitzler, son solo algunos de los autores que cita. Sergio le da mucha importancia a su experiencia como traductor: dice que así aprendió a delimitar la estructura de sus novelas, ademas de sus variadas lecturas.
De su estadía en Moscú y otras ciudades de Europa apenas ofrece una impresión: no fue su intención hacer una guía turística pero me decepcione al encontrar tan poco de su vida en Moscú.
Una autobiografía soterrada es una lectura muy amena que aumentó mis ganas de leer algo más de su obra.